lunes, 15 de julio de 2013

Mitología griega: dioses.

La Mitología griega son creencias y observancias rituales de los antiguos griegos, cuya civilización se fue configurando hacia el año 2000 a.C. Consiste principalmente en un cuerpo de diversas historias y leyendas sobre una gran variedad de dioses. La mitología griega se desarrolló plenamente alrededor del año 700 a.C. Por esa fecha aparecieron tres colecciones clásicas de mitos: la Teogonía del poeta Hesíodo y la Iliada y la Odisea del poeta Homero.

La mitología griega tiene varios rasgos distintivos. Los dioses griegos se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan también sentimientos humanos. A diferencia de otras religiones antiguas como el hinduismo o el judaísmo, la mitología griega no incluye revelaciones especiales o enseñanzas espirituales. Prácticas y creencias también varían ampliamente, sin una estructura formal — como una institución religiosa de gobierno — ni un código escrito, como un libro sagrado.

Principales dioses
Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. 
Los doce dioses principales, habitualmente llamados Olímpicos, eran Zeus, Hera, Hefesto, Atenea, Apolo, Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Deméter y Poseidón.

Zeus, el máximo dios del Olimpo.







Hera es en la mitología griega, reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana y mujer del dios Zeus. Para Zeus no fue muy fácil convencer a Hera del matrimonio, por lo que usó diversas estrategias, hasta que camuflado de pájaro desvalido pudo llegar al corazón de su amada y conquistarla. Zeus adoptó su forma natural y volvió a pedirle matrimonio a Hera. La diosa sintió entonces que se casaría para dar el ejemplo y continuar con el rol de Madre de los Cielos, tal como lo habían hecho Rea y Gea con Cronos y Urano.





 Afrodita, en la mitología griega, diosa del amor y la belleza. La diosa del amor griega, a quien se conoce en la Mitología latina con el nombre de Venus. Casi todas las culturas antiguas encontraron una personificación para el Amor y la Belleza. En la Iliada de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione y otras leyendas posteriores la identifican como hija de Urano, nacida luego de que Crono cercenara sus órganos sexuales y los arrojara al mar.
 Apolo (mitología), en la mitología griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía.
Ares, en la mitología griega, dios de la guerra e hijo de Zeus, rey de los dioses, y de su esposa Hera. Ares es representado con coraza, casco, escudo y tina espada manchada de sangre. Tiene un cuerpo enorme y suele ir acompañado de sus hijos Deimos (Temor) y Fobo (Terror).
Ártemis o Artemisa (mitología), en la mitología griega, una de las principales diosas, equivalente de la diosa romana Diana. Era hija del dios Zeus y de Leto y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de la caza y de los animales salvajes, especialmente los osos, Ártemis era también la diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas.
Atenea, una de las diosas más importantes en la mitología griega. Diosa de la Sabiduría, Atenea es la inventora de la flauta, la trompeta, el arado, el yugo para los bueyes, el carro, el barco y la olla de barro para cocinar. Además fue la que enseñó a los mortales los números y a las mujeres las instruyó en la cocina el tejido y el hilado.
Dioniso, dios del vino y del placer, estaba entre los dioses más populares. Los griegos dedicaban muchos festivales a este dios telúrico, y en algunas regiones llegó a ser tan importante como Zeus. A menudo lo acompañaba una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto del cuerpo de caballo. Las hermosas y encantadoras ninfas frecuentaban bosques y selvas.
Hefesto, en la mitología griega, dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba por su deformidad






Hermes, en la mitología griega, mensajero de los dioses, hijo del dios Zeus y de Maya, la hija del titán Atlas. Como especial servidor y correo de Zeus, Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior. Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de la abundancia. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón.


Hades, en la mitología griega, dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien había raptado en el mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no era maligno. 
Poseidón, en la mitología griega, dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades.
A Poseidón se lo representaba de pie sobre las olas o en un carro de ruedas de oro formado por un caracol gigante y conducido por caballos marinos; siempre era seguido por peces, delfines, nereidas y genios marinos. El emblema que eligió el dios fue el caballo, ya que siempre dijo que este animal había sido creado por él. Su única arma era el tridente, con el que agitaba las aguas y podía hacer naufragar los barcos.